Los candidatos a primer ministro para las elecciones de febrero son 3: Tzipi, Bibi, y Ehud. Dos de ellos ya fueron primeros ministros. Bueno, si nos ponemos en exquisitos, los tres, ya que Tzipi lo es en este momento. Dos de ellos tuvieron que pedir elecciones anticipadas para renovar el voto de confianza del pueblo… y perdieron. Y Tzipi ni siquiera pudo formar gobierno.
El panorama, pued, es de terror (si se me permite usar esa palabra).
Lo más curioso es que por ahora Kadima tiene en las encuestas un muy buen papel con cerca de 30 bancas, superado, claro está pro el Likud con más de 34, y Avodá derrumbado en 7.
Recordemos que en las elecciones pasadas el derrumbado era el histórico Likud. Y lo llamativo de la performance de Kadima teniendo en cuenta la salida escandalosa de Olmert, exige un análisis.
Y es el siguiente (aunque no esperen maravillas):
1) Mucha gente, incluso de derecha, no lo quiere a Bibi ni en figurita.
2) Mucha gente, incluso en la izquierda, no lo quiere a Barak ni en figurita
3) Tzipi no quedó pegada a Olmert, y está de moda tener primeros mandatarios mujeres.
Con eser panorama, la gente no sabe a quién NO-VOTAR, y por eso los resultados son cualquier cosa.
De todas formas, y al igual que en Argenbtina con el peronismo, el Likud tiene una base leal y firme que lo va a hacer ganar.
Mucha gente cree que con el Likud a la cabeza la Segunda Guerra del Líbano habría terminado diferente. Esa gente no tiene ni un pedacito de información a su disposición y se imagina que Bibi habría tirado la bomba atómica. Cualquiera. Que sigan yendo a ver a Beitar a la cancha.
Cuestión, ya lo dijimos (bah, lo dije yo solo) hace rato: gana Bibi.