Guerra con Hamás – Día 13

Todo indica que mi pronóstico falló. Es que la lógica no tiene por qué prevalecer en medio de una guerra. Porque la guerra en sí es impensable. Yo sé que ustedes, lectores de sudamérica o de Estados Unidos, México, saben de la guerra por haberla visto en películas. todos éramos así de inocentes. Pero cuando ves (y ya se empiezan a ver) imágenes de lugares que uno conoce, que le son familiares, bañados de sangre. O cuando ves a una persona contando que ayer a la tarde estuvo sentado en ese escritorio en el que ahora se ven cartuchos de balas, las cosas toman otra dimensión. No es un set de escenografía de hollywood. Es esa ojota croc, o ese cartón de leche tnuva manchado de sangre. Es tuyo. Sos vos. Es diferente en una escala que no se puede describir. Y no pasó hace 50 años. Pasó hace 13 días.

Así es que en esta ilógica situación de querer matarse los unos a los otros como el hombre de la prehistoria, aparentemente el ejército tiene casi todo listo para entrar y cumplir lo que prometieron cuando teníamos todos la sangre caliente: Hamás va a dejar de existir.

No podemos dejar de pensar en los 203 secuestrados. En 10 chicos y 30 ancianos que en estos momentos están siendo quizás alimentados y seguro mantenidos en encierro por las bestias de Hamás, que por lo que se vio en las camionetas en las que vinieron, estaban hasta la coronilla de droga encima. Algo llamado Captagón. Como si les hiciese falta algo más para perder completamente la cabeza y volverse todavía más locos. Yo no dejo de pensar en el día después de esos 10 chicos que tienen -Dios lo quiera- toda una vida por delante para poder sobreponerse a lo que vivieron. Me intriga saber cómo lo lograrán. O si se convertirán en soldados con los ojos inyectados en sangre esperando poder vengarse en cualquier oportunidad que les de su servicio en el ejército allá por el año 2031 cuando entren a Tzahal.

Lo cierto es que está al caer la tercera fase de esta guerra. Y todos queremos un final feliz. Pero sabemos que ya no lo va a haber. Este es un país muy chico. No vas a encontrar a alguien que no conozca a algún muerto o secuestrado. Yo mismo, que soy un medio extranjero, que no crecí acá, sé de los dos hijos de Itzik (Yair y Amos) que están desaparecidos y del cual saqué el nombre Yair para mi primer hijo Dylan Yair. También sé del hermano de Jaguit que fue enterrado esta semana con banderas de Boca.

Feliz no va a ser. Pero quizás sea un poco menos injusto. Y paro acá antes de volverme yo mismo irracional con el discurso de la guerra. Porque la guerra te cambia la forma de ver todas las cosas. Espero que no para siempre. Porque no me reconozco.

Guerra con Hamás – Día 12

Me la juego. Israel no va a entrar a Gaza via terrestre.

Después de haber dado 24 horas que ya se convirtieron en 5 días. Después de haber hecho prensa de que Hamás no deja evacuarse a los civiles. Después de que un hospital se incendió (al final era de un cohete propio que les cayó encima a los terroristas) y después -y fundamentalmente- de que Biden se haya tomado el trabajo de venir al país en avión por solamente unas 8 horas, creo que la furia se dejó estar y los pensamientos apocalípticos del «me importa un carajo todo, ésto no puede quedar así» hayan sido archivados… creo que las IDF no van a entrar.

El gran triunfo de Israel se va a reducir a recuperar a los secuestrados. Unas 200 personas que cuando se anunció la entrada terrestre no se sabía en número pero ahora, con la confirmación de semejante cantidad de familias afectadas, Israel va a tener que convertir ese logro en su gran victoria, demostrando (y cito a futuro) «que la vida, para nosotros, es mucho más importante que todo».

Biden vino a dictar la receta. Quien me conoce sabe que yo siempre digo (lo dije también con la reforma judicial en un post aquí más abajo) que Israel no toma (no puede tomar) ninguna decisión sin hacer una llamadita a la Casa Blanca. Y Biden, con Irak y Afganistán en el historial, se vio obligado a retraerse un poco en las ofensivas militares around the world. Convirtió a la Casa Blanca en la Casa Blanda (my copyright!). Y habrá que morderse los labios y aguantar. Porque todos teníamos una furia incontenible que, lo reconozco, lentamente va dejando paso a que el raciocinio vuelva a gobernar nuestra mente. Y si pensamos en una entrada terrestre, inmediatamente tenemos que pensar en las decenas de soldados que van a caer en la misión. Porque con todos los días que han pasado para que se preparen, para que dejen minas por todos lados, para que planten francotiradores esperando a los soldados israelíes, es imposible no pensar que van a morir decenas de soldados. Y son pibes de 20 años. Y en la televisión van apareciendo de a docenas las historias de gente que perdió a sus seres queridos de la forma mas cruel y terrible que puede ser. Gente que fue testigo de barbaridades inhumanas y que va a tener que vivir con eso toda su vida. No faltan tragedias como para agregar decenas de familias más.

Las promesas del gobierno que «Hamás no va a gobernar mas en Gaza cuando terminemos», creo yo, no va a poder ser cumplida. Estados Unidos habría tenido que venir con aviones repletos de fuerzas comando para que eso ocurra. Sin embargo vino con un solo «soldado»: el presidente. Puestos los hechos así, mi predicción es que no van a entrar. Y espero -con todo el dolor de mi alma, y a pesar de lo escrito-, espero equivocarme.

Guerra con Hamás – Día 11

Empezó el clásico de los clásicos. Fuiste vos, no, fuiste vos.

Cayó un misil en un hospital en el Norte de la Franja de Gaza y dejó al menos 500 muertos. Y es un clásico que automáticamente el mundo que apoya a los palestinos sin importar la barbarie que hubiesen perpetrado (léase: Página 12, por ejemplo) ya afirman sin ningún uso de verbos potenciales que Israel bombardeó el hospital. Todavía no entienden la diferencia entre Palestinos y Hamás. Y Hamás tiene el descaro de decir que Israel cometió un crimen de guerra.

Las numerosas pruebas de video transmitidas por los mismísimos medios árabes como Al Jazeera, demuestran que lo que pasó fue que un misil fallido lanzado desde la frontera de Gaza, cayó sobre el hospital.

También es un clásico que el mundo árabe se vuelca a manifestar en contra del salvajismo israelí. Estamos acostumbrados. Justamente en el informe que preparé ayer para los periodistas extranjeros (antes de que ocurriese este lamentable hecho) hablaba de los 6 únicos hospitales (de un total de 20) que se autoevacuaron, porque al resto Hamás no los autorizaba, usándolo como escudos humanos, sabiendo que Israel no va a poder atacar ni entrar vía terrestre si no se evacuan los civiles en el norte de la franja.

En un par de horas, el presidente de EEUU Biden aterrizará en Israel. Es un hecho sin precedentes que tan rápido haya podido armar sus valijas y venir. Y más todavía a un territorio en el que en ningún lugar se está completamente a salvo. También están al llegar los primeros mandatarios de Alemania y Francia. Exigirán y se les mostrarán las pruebas de la responsabilidad de Hamás en la explosión del Hospital. Afortunadamente, las pruebas de video hoy en día abundan.

Qué es lo que vendrá a decir en persona Biden, todavía no lo sabemos. Si es que viene a mandar un mensaje subliminal a Irán y a Hezbolláh, o si viene, como se comenta en los medios israelíes, a asegurarse que una vez hecho el trabajo, Israel no se quede dentro de la Franja de Gaza, o quizás a trazar un plan que contemple qué es lo que va a pasar con el mando de la Franja una vez exterminado Hamás, si es que eso ocurre finalmente.

Por el momento, se empiezan a escuchar autoridades del gobierno israelí aceptando las responsabilidades del fiasco defensivo que permitió el brutal ataque de Hamás, del que también se van conociendo detalles y apareciendo videos estremecedores que únicamente he visto en mi vida, en películas de Hollywood.

Parece mentira que en la vida real existan personas con tamaña maldad.

Guerra con Hamás – Día 10

La esperanza de que esta guerra sea corta se va desvaneciendo. Cuando todo arrancó, y rápidamente el gobierno israelí decretó que consideraba este conflicto como una guerra, tengo que confesar que me sorprendí. Porque a pesar del horror del golpe inicial que dieron los terroristas de Hamás, lo que tenía por hacer el ejército israelí… en mi opinión, era lo mismo de siempre: destruir la infraestructura de Hamás para retrasarlos 2 años en el avance de su maquinaria del mal. Sin embargo, los hechos demostraron que no siempre sabemos lo que se cocina en las oficinas del gobierno. De entrada se había tomado la decisión -quién sabe si en caliente o no- de destruir completamente a Hamás. Y nos sorprendimos por la determinación. Finalmente el gobierno y el ejército se embarcan en la tarea que instintiva -y quizás inconscientemente- todos deseamos siempre desde la comodidad de opinar desde el sillón de casa y con la poca idoneidad que nos caracteriza como ciudadanos normales.

Así que finalmente la Guerra que se declaró, es un escalón muy alto por encima de todo lo conocido. Y es por eso que todo se ve diferente. Van apareciendo las historias de terror de miles de familas (¡miles!) destruidas no solamente por la muerte de sus seres queridos sino por lo traumático de los hechos que rodearon dichas muertes. El ejército sumó a sus filas un número elevadísimo de reservistas como nunca antes se vio. Y la gente, de a millones, se asignó alguna tarea al hombro. No hay quien no haya ido de voluntario a algún tipo de tarea. Desde llevar con su auto particular cajas con comida a los soldados, hasta dar servicios de peluquería en las bases militares a los que están combatiendo. Todos ponen el hombro.

Cuando hice aliá me preguntaba por qué Israel no dedicaba esfuerzos en desenmascarar las mentiras que cuenta la prensa palestina. Veía los artículos que publicaba Clarín, firmados por el tal Shlomo Slutzky, que parecían escritos por un antisemita por lo tendenciosos y faltos de contacto con la realidad. Me daba asco. Y me dijeron que a Israel no le interesaba lo que el mundo decía, porque de todas formas, siempre estaban en contra nuestra.

El mundo cambió. El problema de los fundamentalistas islámicos se globalizó y países como Francia sufren en carne propia parte de lo que en esta pequeña tierra de medio oriente es la sopa de todos los días. Así que pues Israel está dedicando grandes esfuerzos y recursos en contar la verdad con lujo de detalles. Porque los hay.

Ayer empecé a colaborar con la Secretaría de Comunicación para la Prensa Internacional que depende directamente de la Secretaría del Primer Ministro. Todo un equipo de gente trabajando para traducir a todos los idiomas que te imagines (hasta al chino) los partes diarios de guerra para informar al mundo. Porque esta vez tienen que saberlo todo. Porque esta vez, va a ser diferente.

Guerra con Hamás – Día 9

Me sigo preguntando en qué momento voy a poder espaciar las crónicas y que no haya todos los días algo importante que comentar.

Mientras empiezan a aparecer noticias de cabecillas de la organización terrorista de Hamás que han sido abatidos, las declaraciones de los políticos y militares israelíes en este conflicto son diferentes a cualquier vuelta de violencia de las que solemos sufrir cada uno o dos años. Lo que se escucha ahora no es «haremos lo necesario para garantizar la seguridad de nuestro pueblo». No. Ahora Israel está en otra frecuencia. Evacuó a todos los pueblos y ciudades que rodean Gaza. Eso jamás había pasado. Y las frases que dicen son:

«No vamos a parar hasta desmantelar totalmente a Hamás»

«Al término de esta guerra, Hamás no va a gobernar más en Gaza»

Hasta el mismísimo Biden dijo «hay que eliminar a Hamás». Son frases que no se pueden interpretar de maneras diferentes. El resultado esperado es uno solo y nunca se habló tan terminantemente sobre los objetivos. Es como que digas «trataremos de hacer un buen mundial» y un buen día vengas diciendo «preparen la copa porque vamos a salir campeones del mundo». Hay que tener huevos para prometer algo así.

Mientras tanto, se empiezan a escuchar las voces de las familias que perdieron a sus familiares, de familias que tienen familiares (niños, ancianos, mujeres) secuestradas en manos de Hamás, y la lógica desesperación de saber que Israel va a entrar y sigue bombardeando lugares estratégicos de Hamás, en los que podrían estar sus seres queridos. Es desgarrador. Envidio a aquellos que no entienden hebreo y pueden desconocer las historias y los sentimientos de gente que ha sido dañada de por vida.

A horas de que Israel entre en la Franja de Gaza, todos se preguntan…si Israel les avisó a todos que va a entrar. Si les dio tiempo para evacuarse. Si les abrió corredores humanitarios para que puedan salir sin problemas…¿para qué carajo entran? ¿a destrozar túneles? ¿a desmantelar estructuras de soporte al terror? Si. Esa es la respuesta. Porque a los terroristas no los va a encontrar ahí. Podrán encontrar datos, información. Pero no mucho más que eso. Y luego, de ahí, avanzaran casa por casa. Va a ser una tarea difícil y las perdidas de vidas en el lado israelí están al caer, con seguridad. Es increíble pensar en el coraje que tienen que tener los soldados que van a entrar, sabiendo que cada baldosa puede ser una trampa explosiva que tuvieron tiempo de sobra para prepararles. Pero es que Israel está comprometido a responder de acuerdo a las leyes internacionales de la guerra. Porque también la guerra tiene leyes. Por supuesto que esas leyes no contemplan decapitar bebés ni quemarlos vivos ni violar mujeres ni fusilar civiles indefensos o quemarlos dentro de sus casas al no poder entrar. Y eso es porque estamos hablando de un país que combate una organización terrorista. Si te preguntabas cuál es la diferencia. Esa es. No te podés defender con la potencia que dicta la bronca ni la sed de venganza. Tenés que respetar las reglas.

Por el momento, la gran mayoría del mundo está de mostrando apoyo a Israel. Sería demasiado no hacerlo. Mamarrachos como Myriam Bregman, candidata a presidenta en Argentina por los partidos de Izquierda (que encima es judía) aún apoyan la lucha de los palestinos en forma explícita y los ven como víctimas. Pero en general, el mundo está apoyando. Y eso se va a empezar a revertir. Porque con el ingreso a la Franja de Gaza, las imágenes van a empezar a venir del lado palestino. Es lamentable pero es así. Especialmente cuando Hamás no les permite a los civiles evacuarse. Y también con eso Israel se va a tener que enfrentar. Aunque sabiéndose cumplidor de las reglas de la guerra, no tendrá que rendir, por una vez, cuentas a nadie.

Guerra con Hamás – Día 8

Vamos a hablar de dos cosas. La primera es «Qué pasó». La gente no deja de preguntarse y de preguntarme qué pasó y c´mo pede ser que Huracán le haya mojado la oreja a Barcelona.

Algunas cosas se saben, o corre cierta información que puede ser creíble: que sabotearon el sistema de cámaras con unos drones comprados en Aliexpress que volaron por encima de la valla y depositaron una granada en el sistema de control. Hay videos de eso. Que durante la semana anterior pusieron explosivos en la valla para romperla mientras distraían al ejércitos tirando algunos misiles sobre Israel. Que los partidarios de Hamás en Cisjordania empezaron a hacer kilombo las semnas anteriores para lograr que el ejército mueva a sus tropas estables alrededor de Gaza para la zona de Cisjordania y quedase más expuesto. Con eso, el golpe les fue más fácil. Se dice que Egipto alertó a Israel sobre algo que se cocinaba y se dice que Israel no les dio bola. No es del todo cierto porque se empieza a saber que el Servicio de Inteligencia (Shabak) movilizó equipos de combate la noche antes del ataque y es la razón por la que tuvieron 10 bajas. En fin… no venía a decir esto sino a repetir una frase que dice «mientras se dispara no se analiza». Se sabrán cosas con el tiempo. No es el momento de darle (darnos) explicaciones a los simples civiles, por más enojados que estemos. Las investigaciones a veces llevan tiempo y muchas veces se tiene que sopesar la forma y el momento de contar las conclusiones. ¿Que no nos van a contar todo? Obviamente. Sería ingenuo que así sea. Quizá en 50 años mis hijos vean el documental como yo vi la serie «201» sobre la guerra de Yom Kippur de 1973, la mismísima noche antes de que arranque esta guerra.

El segundo tema es la solidaridad. Se dijo por los medios que los de Hamás declararon que estimaron un momento de debilidad israelí al ver al público dividido (se veía venir una grieta como la de los K en Argentina) durante las últimas 40 semanas debido a las reformas judiciales que Netaniahu quiere legislar y muchísima gente se manifestó sábado tras sábado en contra. La gente empezó a mirarse mal a los ojos. Religiosos y no. Derecha e Izquierda. Las discusiones se ponían feas. Biden no le atendía el teléfono a Netaniahu siquiera. Los pilotos del ejército decían que no se presentarían más a volar. Los reservistas que no se voluntarizarían más. Todos amenazaban. Y yo (que cada vez me voy convenciendo más de que el chiste que hago en el trabajo diciendo que «vengo del futuro» es verdad) les decía «¿vos de verdad te pensás que llegado el momento, los aviadores no se van a presentar? ¿vos de verdad pensás que por más que se lleve mal Bibi con Biden, llegado el momento le van a dar la espalda a Israel?» Y todos me pintaban un apocalíptico panorama de la extinción del Estado de Israel.

Nada más lejos de la realidad. Se han convocado a 350 mil reservistas. Todos al pie del cañón. Estados Unidos se pronunció en favor de Israel de una manera que no registra precedentes y, por primera vez en la historia (al menos que yo sepa) mandaron soldados, portaaviones y cazas. Todo eso, coronado por una mancomunación increíble del pueblo que, unidos sin importar ninguna grieta, empezó a donar cosas para los damnificados del sur, para los soldados en ambos frentes. Cajas y cajas y bolsas y bolsas (ayer estuvimos ayudando en un centro de distribución y era increíble como no paraban de llegar donaciones!). Todo para que no les falte nada en el centro. Madres cocinando, padres yendo con los autos propios hasta el mismísimo sur a llevar ropa, frazadas, calzado, equipamiento, accesorios. Todo lo que hace falta. Es emocionante ver como todo el mundo pone el hombro para ayudar. ¡Colas de 300 metros para donar sangre! Es maravilloso saber que al margen de cualquier discusión, el pueblo sabe ubicarse y defender lo importante.

Pronóstico para hoy: la entrada a Gaza por tierra. Todos entendemos que esta vez, va a ser tremenda la respuesta. Si no lo fuese, la gente y la historia se lo demandará a Bibi. Y si tendrá o no (independientemente del resultado final) que renunciar, de eso no se habla ahora. Por lo menos conmigo. Porque mientras se dispara, no se analiza.

Guerra con Hamás – Día 7

¿Dónde se ha visto un ejército que avise a qué palo va a patear el penal?

Paradójicamente, al ejército de Israel le deberían dar el Premio nobel de la Paz.

Para el que no lo escuchó: esta mañana Israel le comunicó…-escuchen bien-… por canales oficiales, por SMS a cada ciudadano(!) y con volantes que hicieron caer desde el cielo sobre toda la franja de Gaza, que tienen 24 horas para evacuar el norte de la franja de Gaza, porque van a entrar.

Claro… el pedido es a los civiles… y somos tan inocentes creyendo que los terroristas se van a quedar en sus casas esperando que los maten.

Y de remate, Hamás les comunica a los gazatíes que no tienen que hacer caso a los avisos, para que se queden en sus casas.

Una prueba más de que Israel no considera a los civiles como enemigos, y Hamás considera a los civiles propios como rehenes de uso militar para sus propósitos militares.

Guerra con Hamás – Día 4

Van avanzando los días y el horror se va descubriendo en forma exponencial.

En los pueblitos civiles cercanos a Gaza en los que los terroristas de Hamás invadieron y asesinaron gente, como si esa oración no fuese suficiente, se empiezan a conocer detalles: bebés decapitados, familias enteras fusiladas en sus casas, reportes de mujeres que fueron violadas y luego asesinadas en la fiesta de música electrónica que se celebraba cerca y en la cual masacraron a 260 personas.

Los asesinados por Hamás ya pasan los 1200 y no conozco a nadie que no tenga a alguien conocido o cercano entre las víctimas. Aquellos cercanos con los que se puede hablar cuentan que al salir de 20 horas encerrados en el refugio de su casa, lo que vieron a su alrededor, que también sus hijos chiquitos vieron, no se lo van a poder borrar nunca de sus retinas. El horror jamás imaginado.

Y lo peor es que los terroristas de Hamás, entran a territorio israelí a hacer el mayor daño posible, sabiendo que no van a volver. Son suicidas. No tienen un plan de guerra. Es un mega-atentado. Y los que lo planearon saben con seguridad que Israel va a responder. Y saben que en esos ataques van a morir muchos más civiles que los israelíes que lograron asesinar. ¡Y no les importa! Porque esa es la gran diferencia entre un terrorista y un soldado. Cuando tenés un ejército, que su función es DEFENDER a los ciudadanos, ellos van a hacer todo por cuidar tu bienestar, ANTES de atacar al enemigo. Pero cuando hay terroristas que toman el poder militar, como en Gaza en manos de Hamás, nada les importa más que eliminar al enemigo, sin tener en cuenta a su propia gente. Porque así se define el fanatismo.

Israel ahora avanza sobre Gaza. Para los que no lo saben, se suele hacer es «marcar» un edificio con un explosivo que hace ruido sin daño (se denomina «tocando el techo») para que los que están adentro sepan que en breve, ese edificio va a ser bombardeado. Y luego, se lo derriba, dándoles la oportunidad de evacuarse. ¿Acaso se merecen semejante deferencia? Cuando los holandeses pegaban y provocaban, lograron sacar de sus casillas al mismísimo Messi que les hizo el topo gigio. Imaginate si el ejército israelí perdiese los estribos.

El plan de Israel es siempre destruir la infraestructura de Hamás en Gaza y eliminar puntualmente a la cúpula (ayer asesinaron al ministro de economía de Hamás, por ejemplo) haciendo uso de inteligencia para ubicarlos y de una precisión quirúrgica para llegar a ellos. Y los políticos de turno (que casi siempre fue Netaniahu) no se cansan de repetir «vamos a responder de una manera que jamás se olvidarán». Y ya dan lástima. Porque a Hamás no les importa. Porque al minuto se olvidan. Porque las imágenes de destrucción en Gaza que recorren el mundo no los preocupan. Reciben financiación y levantan todo de nuevo sin pestañear. Y ya vemos que, con un planeamiento preciso, lograron hacer un daño irreparable a la sociedad israelí, sin importar que la última vez, el ejército les propinó «una respuesta que jamás olvidarán».

En la sociedad israelí cada vez se escucha más, y en especial esta vez, que «no alcanza». Que esta vez de verdad hay que hacer algo que no solo Hamás sino el mundo entero no olvide más. La paciencia se acabó. Fueron demasiado lejos. El mundo entero por primera vez responde sin dejar lugar a dudas con un apoyo incondicional a Israel. Exceptuando, claro está, a gente tibia que está comprometida con Irán como la vice presidenta argentina Cristina Kirchner, que twiteó una condena a la violencia, sin explicitar la de quien, y sin siquiera usar la palabra Hamás, y confundiendo los términos diciendo que los conflictos entre países blah blah blah… Hamás no es un país. Hamás es una organización terrorista declarada por todos los países del mundo como tal, que tiene como rehén a toda la franja de Gaza, en la que viven aterrorizados millones de palestinos sin otra opción que saber que en cualquier momento van a ser bombardeados, como consecuencia de las acciones de los que los fuerzan a una vida miserable.

En el norte, las cosas se siguen calentando pero por ahora, y por suerte, no avanzan hacia un conflicto. A pesar de que ya hubo muertos del lado israelí. Esperemos que quede así.

Guerra con Hamás – Día 3

Después de que fueron apareciendo las imágenes del horror que perpetró Hamás en el sur del país, y con el comienzo de la respuesta del ejército israelí en Gaza, pasaron cosas.

La primera es que en el norte empezó a calentarse la cosa. Ya hubo disparos de misiles, hubo invasión de terroristas de Hezbollah -dos de ellos fueron abatidos por Israel-.

La segunda y más llamativa, es que Estados Unidos envió 1 portaaviones y 8 cazas. Eso nunca había ocurrido hasta ahora. Los norteamericanos son un socio estratégico de Israel desde hace décadas, y han enviado armas y dinero en el pasado para cada evento, operación o guerra. Pero esta vez vienen en persona. Si bien no se habla mucho en los medios, creo que es una marca completamente diferente. Casi un game changer. Aparentemente vienen a controlar -y eventualmente ejecutar – lo que pasa en el norte. Hay advertencias a Nasrallah -el número 1 de Hezbollah- que si se suma al conflicto, EEUU va a actuar, y hasta Siria no paran. Y para que quede claro: los que están detrás de ambos (Siria y Hezbollah) son los iraníes, a los que los americanos los tienen entre ceja y ceja. Pero habiéndose sumergido en el fiasco de Irak, EEUU ya no encontró la forma de actuar contra Irán y arriesgarse a otro fracaso político. Esta vez, con la «excusa», llamémosla así, de Irán actuando bélicamente contra Israel, le daría el escenario perfecto, con la legitimación del mundo entero, para irseles al humo a los de Teherán. O quizás, sea simplemente un acto de advertencia para evitar que se metan en el conflicto.

Las historias que se empiezan a escuchar de las víctimas son terribles. Y cuesta entender cómo lograron hacer tanto daño a Israel, potencia militar, con tan poco. Porque no estamos hablando de equipos soficticados ni nada que se le parezca. Es un clásico David contra Golliat. La herida que causó este ataque inicial de Hamás va a dejar una enorme cicatriz en la gente. Los muertos siempre son muertos, pero en este caso, la sangre fría con la que asesinaron a quemarropa a niños, familias, ancianos, todos civiles, enerva la sangre y hace que la gente más equilibrada pierda el norte y clame por una respuesta que le de a entender al enemigo, que esto no se puede volver a repetir. Que cruzaron una línea roja.

Por el momento, Israel está respondiendo como siempre. Nada extraordinario. Y en mi modesta opinión. No alcanza. Lamentablemente, no alcanza.

Guerra con Hamás – Día 2

Habiendo pasado un poco más de 24 horas desde que este infierno arrancó en Israel, y después de que se declaró que esto no es un operativo sino una guerra, me pregunto si en la historia esta será considerada una guerra, como las de los 6 días, la de Yom Kippur o demás.

En forma relativa se puede decir que el país vuelve lentamente a la rutina. Yo estoy en la oficina trabajando y no soy el único, si bien muchos eligen quedarse a trabajar en casa para estar cerca de los hijos más chicos. Hay mucho caos. Gente con la que se perdió contacto y no se sabe si están muertos o si fueron secuestrados como rehenes y llevados a la franja de Gaza. Mucha desesperación.

Lo que quiero decir hoy acá, con la temperatura todavía alta pero con un poco más de tiempo para pensar, es que algo grande no estamos sabiendo. Uno que conoce más o menos cómo funcionan las posiciones de vigilancia que hay por TODO el país, en lugares en los que nunca pasa nada, no se puede imaginar cómo es que a lo largo de toda la franja de Gaza, el lugar más peligroso y que hay que vigilar con más intensidad, semejante organización logística tuvo lugar sin que nadie se haya dado cuenta. O sin que el que se dio cuenta no haya avisado. O sin que al que le avisaron haya dado la orden de reaccionar. Uno sabe que en la fuerza aérea siempre hay una guardia, como en la farmacia de turno, con aviadores que duermen al lado de los aviones. Todos los días. No solo los días de kilombo. Es su rutina. Y si hay un llamado, en 7 minutos tenés un avión sobre la franja de Gaza. Entonces, cómo puede ser que yo tuve tiempo de levantarme, entrar al refugio, prender la computadora, y ver como después de que las diez camionetas blancas llenas de terroristas pasaban el límite, seguían pasando más terroristas a pie como si fuese el muro de Berlín caído.

Es tan inconcebible que da que pensar que alguien estaba con las manos atadas para dar la orden de hacer algo. Acá no es que un soldado de 19 años se quedó dormido en una guardia mirando por las cámaras de seguridad. Porque no es uno solo el que mira el límite con la Franja de Gaza. Acá hay algo más. Y como siempre digo yo: nosotros no sabemos un carajo y tratamos de entender con la poca info que nos dan.

Hoy el país trata de ponerse de pie. Muchos ya están de duelo y muchos esperan aterrados el momento amargo en el que les digan que sus seres queridos no están más. Y otros más entran en ese oscuro tunel del espanto que es tener un familiar secuestrado en manos de Hamás.

Pero hay muchos que ya empiezan a pedir explicaciones. Hay muchos que piden venganza. Hay muchos que exigen que Israel haga algo para demostrar que no se le puede hacer algo así al país y salir lo más campante pensando cuándo se lo hago de nuevo. Exigen una respuesta violenta y acorde al terrible golpe recibido. Es difícil seguir siendo moderado cuando vez tras vez, pasan cosas como éstas.

Me gustaría tener la máquina del tiempo para viajar a un mes de acá hacia el futuro porque la ansiedad por las explicaciones que demanda la gente, a mí, me está matando.

La Invasión de Hamás

Esto lo escribo para los que viven en Argentina y leen el diario que hay kilombo en Israel. Porque esta vez, realmente es otra cosa. No es una mas de las veces que se armó kilombo.

Es dificil de imaginar que ya estamos acostumbrados a que tiren 2000 cohetes por día desde la franja de Gaza a objetivos al azar, civiles, y que tengamos un sistema de defensa que, en la mayoría de los casos, sabe interceptar esos cohetes.

ESTA VEZ ES DIFERENTE. No hubo algo así en los 26 años que llevo acá.

A las 6;30 de la mañana nos despertó la sirena en casi todo el país. Comandos palestinos invadieron -no se puede usar otra palabra- Israel en decenas de camionetas, forzando el límite con Israel y tomaron las calles de 22 pueblos cercanos a Gaza y empezaron a disparar a todo lo que se movía. Fusilando civiles en las calles, incendiando casas, entrando casa por casa disparando.

No estamos hablando de 3 locos como suele pasar. Esta vez entraron por tierra, por aire (con tipo aladeltas con motor) y por mar una cantidad enorme de terroristas. No sé decirles cuántos porque no hay información, pero en lo poco que se vio, es CIENTOS.

El ejército de Israel fue tomado por sorpresa y está reaccionando con la dificultad de entrar a pueblitos en los que los terroristas están escondidos como ratas en medio de los civiles. No es un campo de batalla como se ve en las películas y es difícil actuar.

Hay DECENAS de rehenes civiles y soldados que han sido SECUESTRADOS a Gaza.

Eso convierte a todo este evento en una guerra y no un evento o una operación puntual.

Todo lo que digo es información oficial y no está basado en rumores. Lo que quiere decir que todo esto, en realidad, va a ser mucho más terrible cuando los datos empiecen a llegar.

por el momento hablan de 100 muertos y 900 heridos, muchos de ellos en situación crítica de vida o muerte.

Hay mucho desconcierto e incluso en personas como yo, que no estuvieron en el ejército, hay una sensación de furia y desolación sin control. Dan ganas de que Israel, uno de los ejércitos mejor preparados y mejor equipados, pueda por una vez en la vida defenderse como cualquier país en el mundo se defendería en un evento como este.

Estamos esperando con temor que en el norte Hezbollah no se sume al ataque como ya ha pasado en el pasado.

Todo esto es lo que pasa en este momento en Israel. Lo personal lo dejo aparte porque no estoy como para compartir tanto pero me pareció importante que sepan más de lo que suele pasarse en las noticias como si fuese «otra vez kilombo».

No. Esta vez es otra cosa.

Ramallah – La canción

No sé cuán conectados estamos en las redes sociales pero tengo que cumplir en comentarles que estoy a días de dar a conocer mi primer disco solista. Sí sí, de música. Se va a llamar «Maipú» y su primer corte ya fue dado a conocer, con video incluido, y se llama «Ramallah».

Los comentarios que he recibido al respecto varían entre:

«¿quién escribió la letra, Abu Mazen»?

«¿Por qué no te vas a vivir ahí, así te reciben como un héroe?»

«Hacés incitación a la violencia para ambos lados, es un escándalo»

«No se puede creer cuantas mentiras decís»

«En Ramallah sí hay un shopping!»

Bueno, lejos de contestar los comentarios, es evidente que algunos no se tomaron la molestia de entender bien la letra (que no es nada difícil) o de ver que un shopping es una metáfora de algo más que les falta.

La idea fue escribir una canción cantada en primera persona desde la voz de un palestino que quiere vivir su vida en paz y no lo dejan, pero en vez de centrar su crítica en el clásico «ejército opresor sionista», lo hace sobre aquellos que lo gobiernan, manipulan, oprimen y obligan desde su propio pueblo.

Ahí tienen: les expliqué la canción sin costo alguno, por si no fui lo suficientemente claro.

Espero que la disfruten y ojalá llegue a los oídos de quien tiene que llegar.

Cortale una gamba, por ejemplo

El mundo, hoy por hoy, es una pequeña ciudad. Si en Puerto Rico sale «Despacito», en todo el mundo sale «despacito» y es un hit. Hace años atrás, mientras Fonsi era un pichi boricua, en Buenos Aires Palo Pandolfo pegaba un hit con Playas Oscuras. Hoy no, se globalizó todo.

Y no solo en música sino en fútbol, política y en programas de TV. Pero. Siempre hay un pero.

El mundo evolucionó mucho en los últimos siglos. Por ejemplo: los católicos ya desde el año 1600 que dejaron de crucificar gente por no adherir a su religión. Un lindo detalle de su parte, no? Los Alemanes hace como 70 años que no empiezan ninguna Guerra Mundial. Sí, ya sé que es poco y no bajamos la guardia. Pero es algo. En Estados Unidos dejaron de comprar y vender negros gente de color para usarlos de esclavos. Y más: la pena de muerte fue abolida en prácticamente todo el mundo. Pero claro… fue un proceso. Hace milenios atrás, venía un tipo con un hacha y te la partía en la cabeza para sacarte algo que tenías y él quería. Desde un coco hasta tu caballo. Y como todo se iba lentamente al carajo, empezaron (creo que los Romanos) a crear leyes que pongan un poco de freno a semejante kilombo. Al principio colgaban a gente en las plazas o les daban azotes con un látigo de cuero para ejemplificar a los demás y que «ni se les ocurra» hacer lo mismo. Lentamente el ejemplo fue cundiendo y las masas se fueron civilizando. Entonces, de a poco, empezaron a decir «che, cortala con la horca, ya somos grandes!».

Y festejemos que la gran parte del mundo evolucionó y así como escuchan «Despacito», también respetan que si vos tenés una casa o un auto, no te lo vienen a sacar así nomás (no tanto se cumple con las mujeres, como en el caso de Maxi Lopez e Icardi, pero bueno… eso todavía no se reglamentó).

Pero. No todo el mundo va al mismo ritmo. Así como en algunos países hay autos eléctricos mientras que en otros se respira cáncer en las calles centrales de las ciudades, en algunas partes del mundo todavía tenemos bárbaros dando vueltas por las calles. Tenemos gente que por tener otra nacionalidad, religión, o ancestros diferentes a los nuestros, se levanta una mañana, se pone una campera, va a la puerta de un shopping y así como así saca un cuchillo y se lo clava en el corazón al pobre tipo que labura chequeando los bolsos de la gente en la puerta para que, justamente, no entren con un cuchillo. Y el tipo sale corriendo.

En general, lo que ocurre, al tener un país en el que todos pasan entrenamiento militar, es que algún valiente lo corre, o alguien le pega un tiro en la cabeza, para evitar que pueda seguir matando, o incluso la posibilidad que tenga un explosivo. Pero claro… el mundo civilizado se escandaliza. Nadie es Dios para sacar la vida a otro semejante sin juicio previo! ¡Escándalo! Claro, el mismo kía sí fue Dios para sacarle la vida al pobre guardia del Shopping, pero él cuenta con que nosotros, los seres civilizados, no somos tan mierda como él, y le vamos a dar un juicio justo, si es que alguien no lo mata en el acto. Y eso ocurre. Gente que ha perpetrado atentados ha sobrevivido al intento, seguramente ha pasado un lindo interrogatorio para tratar de desmantelar su célula terrorista, pero finalmente salió, y volvió a atentar. Ha ocurrido, lamentablemente. Esa gente no entra a cadena perpetua. O si lo hace, terminan siendo botín de guerra cuando logran hacerse de un soldado israelí y lo cambian por 500 presos y salen libres.

¿Ustedes están leyendo lo que escribo? ¿Se dan cuenta de lo diferente que es el mundo en el que vivimos por estos lados y el que ustedes disfrutan día a día?

Sí, ya se que en Corrientes y Paraná te pueden meter un balazo si no le das un peso con cincuenta a un cabeza. Lo sé. Y eso es lo que me dispara (valga la alegoría) a escribir estas lineas. Que no todo es igual en todo el mundo. Y no hay soluciones que funcionan en todos lados.

El mundo se globalizó, pero no tanto. Y por lo consiguiente, lo que funciona en Oklahoma, no funciona en Bucarest, y mucho menos en la capital de Angola, como quiera que se llame. Nos escandalizamos cuando pegan latigazos a una mujer. Sí. Es horrible. Nos encanta escandalizarnos. Pero ni vos ni yo vivimos ahí ni fuimos de vacaciones. Y lo escribo pensando que me van a tratar de energúmeno. Claro! es que así funciona el mundo. Hasta eso se puso de moda: hacerse el Ghandi y tratar de energúmeno al otro. Entonces yo te invito a que trabajes de Guardia en un shopping durante un mes. Y que te fijes si no te hiciste pis del miedo. O que viajes en colectivo en Tel Aviv durante dos semanas y me digas que se siente.

Así que, dicho todo esto y entendiendo que mientras el mundo se civilizó, acá todavía nos quedan los musulmanes (que lentamente se están expandiendo a Europa) que aún están lejos de dejar de hacer barbaridades. Así que si su reloj atrasa, nosotros también deberíamos atrasar. Se me ocurre qué efecto podría causar en la sociedad palestina si a los que perpetran actos definidos como Terrorismo (tampoco lo haríamos con un ladrón de autos eh, paremos la mano un poco), les cortamos una mano y una gamba. Ponele la izquierda y la derecha, así queda simétrico respecto de la diagonal. Y lo dejamos libre. que vuelva a su ciudad. Que reciba los 10 mil dólares que Hamás reparte al que tiene la «valentía» de perpetrar un atentado. Que los disfrute si puede. Y que sea una muestra, un ejemplo, para todo aquel que considera ir por el mismo camino. Que todos los pibes de 10 años vean lo que les pasa a los que lo intentan. Que se les llenen las calles de tipos que van saltando en un pie y que no pueden dar un abrazo a sus padres. Que ni 70 virgenes ni paraíso. Que van a ser rengos y no van a poder ser arqueros en la selección. Así de simple. Que no van a poder jugar con el smartphone.

El que a hierro mata, a hierro vive. A ver si nos podemos encontrar dentro de 400 años y ver que se calmaron y también escuchan «Despacito» y que el problema está en… otro lado… no sé… Angola.

 

Solución Casera Para Terminar con el Terrorismo

A veces lees una nota sobre cómo bajar de peso comiendo bananas. Puede que funcione. Puede que no. Esto es lo mismo.

Pensá en cuando eras chico y algún tarado en el colegio te molestaba todo el tiempo. O ahora en Internet, que nunca falta un imbécil que te provoca todo el tiempo con comentarios agresivos. Si les contestás, el otro sube la apuesta. Porque eso es lo que busca: tu reacción. Busca llevarte a su terreno. Él decide cuando y como vos reaccionás. Se le ocurre insultarte y sabe que al rato vos lo vas a insultar. Te domina.

Entonces lo mejor que podés hacer es ignorarlo. Seguramente va a ponerse más y más agresivo buscando tu reacción. Y más. Y va a pegar donde cree que duele. Y lo evitás, ignorás y bloqueás hasta que se cansa y va a buscar otro árbol al que ladrar. Funciona. Hace siglos que funciona. No importa si es en la cancha, en la calle, manejando o en Facebook. Funciona.

Hagamos 1+1+1 a ver cuánto da.

Hoy en día todos sabemos que lo que «pasa» en el mundo, es lo que sale en los diarios. Si no sale en el diario, no existe. Ejemplo: vos pensás que el ébola se erradicó del mundo porque hace rato no leés nada. Entrá a google y en la parte de noticias escribí «ébola». Sorprendete.

También sabemos que el terrorismo busca paralizar. Lo hemos hablado muchas veces. El terrorismo intenta que vos pienses que no podés hacer tu vida normalmente. Busca que pienses que es peligroso ir a un recital en Europa o caminar por un aeropuerto. Pero ya a esta altura sabemos (quiero creer) que muere más gente por enfermedades venéreas que por atentados terroristas. Sin embargo… eso no es tapa de los diarios. Porque los diarios buscan show. Cueste lo que cueste. Y lo que cuesta hoy en día para todos es que logran lo que se proponen y van por más. Los terroristas siguen haciendo lo mismo porque reaccionamos, porque funciona. Como el boludo que te provoca en Facebook o manejando por la calle.

Fijate las tapas de los diarios de hoy.

Todo acaparado por el feo atentado al término de un recital en Manchester. Cuántos muertos, qué dijo la cantante, el video desde afuera del recital en el que no se ve ABSOLUTAMENTE nada y simplemente se escucha un boom a lo lejos. La biografía de la cantante. La mitad de las noticias no aportan nada de nada de nada. No sirven más que para llenar el diario con cosas que venden. Y los que planearon el atentado, chochos de la vida. La gira de Trump por medio oriente no figura. Lograron imponerse. Es como cuando algún medio larga un #hashtagpelotudo y logra que esté en los de mas tendencia. Rey por un día.

Pero está en tus manos, literalmente, cambiarlo. Por una vez en la vida, esto, según mi fórmula pedorra y sencilla, puede cambiar. El ébola, leas o no la nota, clickees o no, no lo vas a curar desde tu casa si no hacés nada. Pero esto sí.

Los diarios van a seguir haciéndoles el juego en forma (in)consciente mientras sus noticias sigan generando que la gente entre. Porque todos viven de la publicidad y si entrás a las notas del atentado las convertís en un éxito publicitario (los diarios tienen estadísticas de cuánta gente entra a cada página y así vender las publicidades) y al entrar  entonces el jefe de campaña publicitaria va a seguir eligiendo esas notas.

Entonces: vos empezá no clickeando en las notas. No te digo que te aísles del mundo. Pero de las 10 notas que hay en la foto que puse, 8 no interesan para nada. Empecemos cambiando el éxito de las notas pelotudas que le dan presencia a los atentados en los diarios. Con eso vamos a generar un cambio seguro. Y si encima tenemos un pariente en los diarios, diganlé lo siguiente: DEJEN DE DARLE PRENSA A LOS ATENTADOS. Así de simple. Dejá de darles tapa y vas a ver como van a cambiar de estrategia. Van a tener que hacer otra cosa. No puede ser que un tipo que atropelló a una persona con intenciones terroristas sea más noticia que la invención de un auto eléctrico que reduce la contaminación en un 40% y que va a salvar la vida de tus nietos para que vivan en un mundo mejor y menos contaminado.

Los medios deberían entender que los terroristas buscan que TODOS se enteren de sus atentados para que TODOS tengan miedo y piensen que esos diez mil boludos son en realidad 2 millones. Y en el mundo globalizado de hoy en día, eso es fácil de lograr si TODOS los medios les dan semejante cobertura. Pero si los medios no lo entienden porque quieren vender igual que tu panadero que usa harina más barata comprada al por mayor para que le queden dos pesos más por kilo de pan, entonces vos hacete cargo y no les des tu click.

Fijate qué importante te volviste de repente. Tu click vale oro. Yo sé que vos crees que es una boludez lo que digo. Pero también le creíste a la dieta de las bananas así que… ¿qué te cuesta? Hacé la prueba y compartí la idea con los que te conocen. Empecemos a dejar de darles lugar, cobertura, espacio a los atentados terroristas. Que informen, pero en un costado. Pongamos las cosas en su lugar y van a ver como ese boludo que te provoca en Facebook o el vecino que te deja la bolsa de basura en el pasillo a propósito, a la larga o a la corta, va a buscar otra forma de lograr su objetivo. Y quién te dice… quizás cambiamos el mundo como ese auto que contamina menos.

Gracias.

Josi