A Shlomo Slutzky de Clarín le pagan para ensombrecer a Israel y el pobrecito hace lo que puede. Hasta cuando no puede. Entonces vengo yo, que lo hago gratis, y te explico mejor.
La cosa es así: Tzipi Livni de Kadima (el mismo partido de Ariel Sharon que sigue en coma y de Olmert que está en puntos suspensivos)(esa fue buena eh!) ganó por un pelito. 29 mandatos. Likud de Bibi Netanyahu salió segundo con 28, el partido de derecha del ruso Liberman salió tercero con 15, y cuarto Barak con 13.
Lo que sigue es lo siguiente: todos los partidos (hasta los árabes y los que tienen 3 mandatos pulgosos) tienen que «recomendar» al presidente Shimon Peres a quién querrían ver formando gobierno. De acuerdo a esas recomendaciones, Peres le encomienda a uno de los dos «ganadores» que empiece a repartir cargos y millones para sumar bloques de partidos a su gobierno y llegar a más de 60 mandatos.
Si sumamos a los partidos de «derecha», dan mayoría, y es por eso que los diarios suponen que a pesar de haber salido segundo, será Bibi quien se encargue de formar gobierno en primera instancia. Pero lo cierto es que Liberman todavía no dijo a quién va a recomendar, y eso depende de lo que le ofrezca cada uno de los ganadores. Todo se negocia.
Lo de Livni es para aplaudir de pie ya que con un gobierno como el de Olmert de antecedente, no creo que ningún candidato en su sano juicio se hubiese animado a levantar el hierro candente: corrupción, la guerra del Líbano, etc. Sin embargo el partido Kadima ganó de nuevo.
Lo de Liberman (que quiere sacarle la ciudadanía a los que no sean leales a la patria -lease: árabes pro-palestinos) hay que entenderlo de la siguiente manera: es el clásico tercer partido de cada elección que refleja el momento por el cual está pasando el país. Recuerden a Tommy Lapid y su famosa revolución (ustedes perdonen pero tuve que ir a Wikipedia para recordar el nombre del partido «Shinui» que desapareción tan rápido como vino); recuerden al «Partido del Centro» de Itzik Mordechai; recuerden al mismísimo «Shas» cuando sacó 18 mandatos. Es un sube y baja. Y en esta ocasión la recierte ¿guerra? en Gaza volcó a todo el sur israelí hacia la derecha que siempre amenaza con mano dura contra los palestinos. Es probable (y en este blog quedará la prueba en unos 3 años) que en las próximas elecciones la coyuntura haga que el tercero en discordia sea… otro.
Y siempre hay un partido grande que se come el zapato. Las elecciones pasadas fue el mismo Netanyahu que perdió por goleada (13 mandatos si me acuerdo bien) contra Olmert, y ahora es Barak (¡13 mandatos también!) con el partido Laborista.
Ah, y un párrafo aparte al partido de los jubilados, que cuando no había muchos problemas candentes sacó un montón de mandatos y ahora simplemente desapareció como si no hubiese más jubilados en el país.
Pero tengan en cuenta que esto es todo política y que nadie se quiere quedar afuera. Es cierto que a Livni se le va a hacer difícil llegar a 61 sin Liberman. La posibilidad que yo veo como viable es meter a todos los partidos religiosos (incluyendo Shas) + Barak y llegaría a 64 mandatos. Pero ningún diario habla de esta posibilidad. No sé si es porque yo me las sé todas o porque es una boludez. El tiempo dirá.
Lo que todos empiezan a hablar es sobre una rotación al (malísimo) estilo de 1984 en el que se alternaban un año cada uno Shamir y Peres y era como maría la paz: un paso adelante y dos para atrás.
De movida yo puedo decir que el resultado sorprende porque inmediatamente después de una ¿guerra?, y con los cohetes palestinos reclutando cada vez más ciudades en el sur en favor de la derecha, es absolutamente sorprendente que la sociedad israelí haya dado como ganador a un partido del centro y que Netaniahu se esté perfilando como un segundón historico (jeje, sweet revenge). Creo que nadie daba a Netaniahu como perdedor, aunqeu al final termine siendo primer ministro gracias a Liberman.
Y de últimas podemos hacer como nuestros primos palestinos, que en cada zona del «país» gobierna quién se le canta y listo. En mi barrio gobierna Tzipi y en Sderot gobierna Liberman y los caga a cohetazos. Habría que probarlo. Millones de primos no pueden estar equivocados.
(ja, perdón por este final a la Josi, venía bien, pero no me pude resistir)