Guerra con Hamás – Día 192

Un Post Importante para la Sociedad Israelí.

Ahora se habla de una respuesta israelí a la respuesta iraní. Si tengo que apostar, vamos a atacar en el Líbano, para matar dos pájaros de un tiro. Pero eso lo veremos. Lo importante que venía a decir, lo digo acá abajo.

Los que me conocen bien, saben que yo suelo repetir frases hasta el cansancio. Hay quienes dirán que soy cabeza dura. Otros entenderán más profundamente que se trata de mis convicciones. Cosas que yo creo ciertas y a las que apoyo con los hechos que encuentro a mi alrededor.

Una de esas cosas, por ejemplo, es que todas las decisiones que se toman en el gobierno israelí, absolutamente todas, están consensuadas con el gobierno de EEUU, quienquiera sea el presidente de turno. Porque así funciona nuestra sociedad. Es como con los hijos: vos vas a apoyar siempre a tu hijo, siempre que no le tire un borrador por la cabeza a la maestra. Y así es con EEUU. Están con nostros, pero manejando los hilos para que no hagamos cagadas.

Y ahora nos remontamos un año y pico atrás, cuando empezaron las manifestaciones en Israel. Mi entorno me reclamaba que me sume, que vaya todos los sábados a la plaza. Y yo no iba. No por estar en contra de lo que se reclamaba, sino porque no creía en la urgencia y la gravedad de lo que vendían como un futuro negro. No creía que eso fuese a pasar. Yo decía que esas leyes, tal y como las proponía Netaniahu, no iban a pasar. (Y no pasaron, dicho sea de paso). Porque EEUU no lo iba a permitir.

Los manifestantes a mi alrededor me gritaban en la cara: «¿no ves lo que pasa? los pilotos de la fuerza aérea le comunicaron a Netaniahu que no van a enlistarse más en el ejército. ¡Y sin la fuerza aérea estamos perdidos! Y las relaciones internacionales de Israel con Estados Unidos y los demás países del mundo ¡nunca estuvieron peores! Bibi se está quedando solo, aislado, y nosotros por culpa de él vamos a pagar el pato. Porque sin el apoyo de EEUU, ¿de dónde vamos a sacar armas para defendernos?».

Palabra más, palabra menos, me enfrentaba día a día a ese discurso sin más que mis convicciones para refutarlos.

En mi opinión, las manifestaciones estaban llevando de las narices a la gente a la calle con otra agenda propia, que era la de voltear el gobierno de Bibi. Que si bien me gustaría, vamos… no exageremos que para lograr eso no me vas a sacar 45 sábados consecutivos a la plaza. Pongamos las cosas en su justa proporción. Mejor juntémonos a pensar una plataforma política y hagamos crecer a un candidato como la gente para ganar las elecciones, que creo que va a ser más útil.

Y llegó el sábado. Se olfateaba que Irán iba a atacar. Y la gente. Toda la gente. Lo vieron en el video que publiqué, estaba de paseo tomando solcito por todo el país. Nadie temía por los pilotos de la fuerza aerea, nadie temía por nada.

Y así fue: ni los pilotos se atrincheraron, ni EEUU nos escamoteó armas, ni el mundo entero nos dio la espalda. No solo EEUU sino Francia e Inglaterra. Y hasta Arabia Saudita y Jordania participaron en la defensa de Israel. ¿Lo podés creer? Claro que sí. Yo sí. Porque esas son mis convicciones. Porque yo respondía «¿Acaso de verdad creen que llegado el momento los pilotos no se van a subir a los aviones? ¿que EEUU no nos va a dar apoyo en caso de un ataque? ¿que es realmente el fin de Israel como país?» Y a todos los que me decían que sí, bueno, este es el momento de decir «Josi, tenías razón. Nos equivocamos».

Cuando las papas queman, todos dejan su agenda de costado y hacen lo que tienen que hacer. Y quienes están culpando al gobierno por todo lo malo que pasa desde el 7-10, en vez de agradecer estar vivos y poder mandar a sus hijos al colegio todos los días, siguen con la venda en los ojos, siendo parte del rebaño al que llevan de las narices a cumplir con los objetivos de otra gente. Y no me pregunten a qué me hace acordar eso, porque me deprimo.

Am Israel Jai!

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