Cuando la gente desde lejos opina sobre lo que pasa en otro país, en general le pone los pelos de punta al que vive el conflicto de cerca. Así como a los argentinos que viven en Buenos aires les revienta que alguno de sus compatriotas que viven en Israel hable a favor (o en contra) de Critina y su séquito. «¿Y vos qué sabés?» Es lo primero que uno tiende a decir.
La mejor técnica que yo encuentro casi siempre para explicar un problema que me aqueja, es transladarlo al mundo del que me escucha, para que lo sienta en carne propia y pueda entender mejor.
El conflicto con los palestinos ya lleva mas de 40 años. Y siempre se escuchan las mismas frases diciendo «los palestinos no son todos terroristas»; «los usan de escudos, pobre gente!» «israel mata civiles que no tienen nada que ver».
Vamos a hablar de hechos que tienen que ver con argentina, en las décadas pasadas para explicar que los palestinos civiles inocentes que no son terroristas, tienen tanta responsabilidad como aquellos que disparan los cohetes. No quiero decir con esto que merezcan morir, no no. Ni siquiera el que dispara el cohete merece morir. Nadie merece morir. Pero por lo menos entendamos que casi no hay nadie que pueda decir «soy inocente» en este conflicto.
En argentina en la década del 70 reinaba el caos en las calles. Un buen día los militares se adueñaron del poder e hicieron a su antojo. Violaron todos los derechos humanos y asesinaron sin piedad. Es fácil echarles la culpa de todo. Sin embargo, un buen día los militares se fueron. Y fue porque la gente los empezó a empujar, a echar, porque hicieron manifestaciones de cientos de miles de personas protestando, porque el apoyo que les dio la gente para tomar el poder, desapareció. ¿Cómo? ¿Qué dijiste, josi?» Claro. No podés negar a esta altura que la gente APOYO el ingreso de los militares. El país, ya lo dije, estaba sumergido en un caos de violencia, asesinatos, bombas y demás, producto de la lucha interna del peronismo por el poder. Cuando todo se le fue de las manos a Perón (y luego a su esposa, Isabelita), los militares empezaron a actuar, y cuando se les dio via libre, dijeron «correte del medio, democracia» y se zarparon. Obviamente la gente que decía «los militares van a poner en vereda a los montoneros» nunca imaginaron que los militares iban a ponerlos en ataúdes no solo a los montoneros sino a cualquiera que tuviese una remera de color rojo(?).
Volvamos a Israel. El pueblo pelestino hoy en día no tiene un gobierno sino dos. Uno es gobernado por Abu Mazen, en Cisjordania, y el otro por Hamás en la franja de Gaza. Técnicamente, funcionan como dos países diferentes. ¿Con quien debería firmar la paz Israel? Como se negocia cuando cada bando quiere algo diferente? Y lo más importante: ¿quién piensan que puso a Hamás en un gobierno paralelo que domina lo que pasa en Gaza? El pueblo palestino. Señores, no se duerman más. Todos los gobiernos llegan arriba por apoyo de su pueblo. El gobierno nazi que puso a Hitler en el poder en elecciones democráticas, la gente golpeando la puerta de los cuarteles en argentina, y el pueblo palestino dandole la derecha a Hamás para atacar a Israel con cohetes.
El discurso palestino de la ocupación se terminó en la franja de Gaza cuando Ariel Sharon (derechista si los hay) decidió dar un golpe de timón y sacar a TODOS los israelíes de Gaza, y al ejército, sin que hay aningún acuerdo mediante. Sin pedir nada a cambio. Sin garantías de obtener a cambio seguridad para su país. Ese momento histórico en el cual el Pueblo Palestino pudo haber elegido el silencio, la calma (ya ni hablo de paz, hablo de calma) fue desperdiciado y lo único que hicieron es acercarse más al límite y poder tirar libremente más y mejores cohetes que en vez de llegar a Sderot, hoy ya llegan a Cesárea, a unos 30 km al norte de Tel Aviv. Hoy por hoy no existe NINGUNA ciudad a la que los palestinos no puedan llegar usando sus cohetes. Ya sea desde el norte como desde el sur.
Ya sé lo que vas a decir VOS: «Josi, vos te pensás que los palestinos civiles, pobrecitos, tienen opción de decirle a los teroristas «no se metan en el patio de mi casa a tirar cohetes?» Y la respuesta es «¡Claro que sí!» Si los palestinos como pueblo pueden oponerse con lo poco que tienen a un ejército superpoderoso como el de israel, entonces no me digas que entre ellos no puede la enorme mayoría (que son los civiles que -supuestamente- quieren vivir en paz, oponerse a los ataques, detener al gobierno de Hamás, elegir un gobierno pro-acuerdos de paz. ¿Cómo se hace? Querido, ¡usá wikipedia! La historia está repleta de ejemplos. Fijate como se terminó echando a los militares en argentina, o en Uruguay. Lee un poco. Si son mayoría, ningún gobierno puede actuar sin el apoyo del pueblo. NINGUNO.
Eso sí, si no los echa el mismo pueblo palestino, entonces están optando, pasivamente, por otra solución, que es dejar que fuerzas externas los terminen echando. En este caso Israel. Así como los ejércitos aliados echaron a Hitler. Y bueno, no va a ser simpatico si eso ocurre. No. Porque no vino el General Smith(?) a decirle a Hitler «señor adolfo, por favor retírese sin hacer escándalo». No. Lo cagaron a bombazos. El pueblo alemán fue cómplice con su pasividad. Quién más, o quién menos. Algunos actuaron cooperando y otros simplemente no hicieron nada. Y la fuerza vino de afuera. En Argentina las mismas cagadas que se mandaron los militares los hicieron perder apoyo en la gente, y se fueron echados al no tener consenso. Pero Hamás, lejos de irse, hace 40 años que sigue en la suya. Y no es magia. Es porque «los pobres civiles» no hacen nada. Porque activa o pasivamente, los apoyan. Y ni hablar del apoyo internacional que reciben, que es material para otro post. Pero hoy me ocupo de los palestinos, de aquellos que quieren plantar tomates y algún dia veranear en Eilat. Esos que los que no entienden nada dicen que son pobrecitos. No señor. Un año, dos, cinco, ¡siete! te lo puedo aceptar… pero 40 años ya no son pobrecitos, son cómplices de una organización terrorista que se llama Hamás. Y si ellos no quieren a sus hijos lo suficiente, no esperen milagros. Hagan algo, y van a ver que mágicamente, la paz se firmará como con Egipto, o Jordania, que alguna vez fueron enemigos acérrimos. Hasta tanto, dejen de llamarlos pobrecitos, haganme un favor.