Guerra con Hamás – Día 58

Ayer a eso de las 22:30 en los canales de televisión había programas normales. Después de 59 días, alguien decidió que ya no tenían más qué decir sobre lo que estaba pasando. La verdad es que a mí no solamente me sorprendía que pudiesen estar tantas horas y durante tantos días hablando en vivo sobre la guerra sino que también me sorprendía cómo yo encontraba interesante escuchar todo lo que se decía, las respuestas de los entrevistados, todo. Nada me parecía repetido.

Sin embargo, llegó el día en que los programas de boludeces volvieron a la TV.

Y eso es porque ahora es el momento de recagarlos a patadas a los terroristas. Entonces le damos un rato de descanso a los periodistas para que se vayan a lavar la cara y descansar, y que ahora hables los pelotudos que defienden a fripalestain y a los pobrecitos de Gaza.

Y sí… algunos pobrecitos hay. Ayer los veíamos desesperados saqueando el contenido de un camión con ayuda humanitaria. Podríamos mandarles pita con arroz, como ellos alimentaron durante 50 días a nuestros rehenes. Pero seguro que les mandamos bastante más. Y sí… habrá algún zapatero, algún jardinero, algún panadero que no tiene nada que ver. Pero lamentablemente, esperar a que los terroristas salgan con las manos en alto salvando al resto de caer en la volteada, es una utopía. Sabemos muy bien que lo opuesto es más bien lo real: los terroristas se van a agarrar hasta último momento del panadero y del zapatero para evitar que lo maten. Y si matan al zapatero y él se salva, va a estar aún más feliz, porque va a poder seguir tirando misiles.

Entonces, ¿te va a dar pena el zapatero? Supongamos que un poco. Entonces pensá en los 3 soldados que cayeron ayer en los combates. Pensá que el zapatero podría haber avisado dónde se esconden los terroristas y así, se salvaban los dos: él y nuestro soldado. Y reventaban al terrorista. Pero no. Eso no pasa. Entonces te da un poco menos de pena. Porque así como Israel entendió que somos «ellos o nosotros», el zapatero de Gaza también tiene que entender que el «ellos o nosotros» que le vendieron durante tantos años, cambió. Ahora el «ellos o yo» es con los terroristas. Y si se quiere salvar, ya sabe lo que tiene que hacer.