Guerra con Hamás – Día 79

¿Cual es tu solución?

Los últimos tres días fueron terribles para la sociedad israelí. Cerca de 20 soldados murieron en las batallas de Gaza. Una cifra que, tan concentrada, pensé que iba a ser un quiebre. Porque el pueblo de Israel atesora la vida. Y nada justifica tantas pérdidas. En teoría. Me imaginé que la gente iba a salir a las calles a decir basta. Imaginé que todos iban a cambiar de opinión y decir terminemos acá. Ya sufrimos demasiado. Y sin embargo no. La tristeza es enorme, el dolor se apodera de todo, pero la opinión pública sigue diciendo que hay que seguir.

La Franja de Gaza está devastada. El 7-10 lo único que se escuchaba decir en las calles de Israel era «Hay que aplanar toda la franja. Que no quede nada». Y nadie en realidad creía que iba a ser eso lo que prácticamente iba a hacer el ejército. Era más una expresión de deseo. Venganza pura y animal. Pero para sorpresa de todos, el destrozo edilicio en Gaza es increíble. No queda nada. Y sin embargo siguen saliendo terroristas armados de cada agujero como ratas, con el único objetivo de matar. Porque saben que no van a conseguir nada. Ninguno de sus objetivos. Solo matar hasta que los maten. 8000 de ellos ya murieron en combate. Y no llegamos ni a la mitad de los que son.

Y las mesas de café en Israel se la pasan esbozando soluciones. Como la Guerra Mundial que propuse anteayer. Y así miles más. Hoy traigo una idea que hasta los aspectos técnicos estuve pensando y me gustó bastante. Ustedes saben que la famosa reja que voltearon el 7-10 en realidad es un proyecto de miles de millones de dólares, con 8 metros de profundidad y kilómetros de extensión, sensores electrónicos, cámaras etc. Y no sirvió. O no lo supimos hacer andar correctamente. Pensamos que eso era suficiente por sí solo. Ingenuos. Los 8 metros fueron una papa para los 60 que saben construir los amos del mal, que inventan lo que sea con tal de poder mejorar su máquina de matar.

Entonces, hagamos algo un poco más drástico, geográficamente hablando: Cavemos una fosa, como la de los castillos. Si podemos ponerle cocodrilos, para que sea más pintoresca, mejor. Arrancamos del mar, de nuestro lado de la frontera, para que no digan, y rodeamos toda la franja hasta el mismo límite con Egipto al sur. Cavamos hondo, tan hondo como sea necesario, y como cuando hacíamos castillos en el mar y le agregábamos una canaleta para que las olas trajesen el agua del mar, acá lo mismo. Invitamos al mar a llenar la fosa y a rodear la franja de Gaza. El agua es gratis. Y podemos cavar lo que sea necesario. 80 metros. Y si intentan un túnel aún por debajo, la liviandad del fondo del mar les va a derrumbar todo. Les va a ser imposible pasar. Y trabajo, ya lo dije en posts anteriores, no se les va a ofrecer más de este lado del canal. Que se busquen ocupación en la franja. La construcción puede ser un rubro en alza por esos lados, se me ocurre. Y los tenemos separados. Físicamente. El «Canal de Octubre» lo llamaría. Y si a alguno se le ocurre dar un empujoncito para convertir a Gaza en una Isla y que se vaya flotando por el mediterráneo, ¿sabes qué? Me gusta. Que llegue a las costas de España o de Londres y que los tengan ellos de vecinos. A ver cómo les va.

No sé cual es la solución que se les ocurre a ustedes. A ver si me cuentan. No sé… creo que yo ya empecé a desvariar. Esta guerra nos está volviendo locos a todos. Y parece que yo ya estoy en camino.