Guerra con Hamás – Día 61

Mientras tanto en Israel…

Varias cosas están pasando por debajo del radar mientras la lucha en el sur de Gaza se lleva los titulares. La primera, es que Israel está intensamente trabajando en Cisjordania deteniendo activistas de Hamás a diestra y siniestra. Aprovechando que nadie presta atención, las fuerzas de seguridad están trabajando a destajo.

La segunda es que hace 61 días que los habitantes del sur de Israel están desparramados por todo el centro del país en diferentes hoteles. Y uno puede pensar: están de vacaciones. No tienen que limpiar, no tienen que cocinar. El sueño del pibe. Viven como una estrella de Hollywood. Pero estoy seguro de que enseguida se imaginarán que esa gente, en algunos casos, no tiene casa donde volver porque se las incendiaron los terroristas. En otros casos parte de su familia fue asesinada. En otros, tienen familia secuestrada como rehenes en Gaza y no saben sobre su destino porque los intercambios de rehenes por presos se suspendió. Y en todos los casos, esos chicos no están estudiando, esas madres y padres no están pudiendo trabajar en sus ocupaciones normales, no saben cómo van a pagar sus obligaciones y seguramente los días se les hacen interminables dando vueltas por el lobby del hotel.

El otro día escuchaba a una mujer que ya estaba desesperada por al menos que la dejen cocinar algo, para sentirse un poco útil, ocupada.

La tercera cosa que pasa es que muchísimos campos de todo el país (no solamente en el sur) están sin mano de obra para cosechar, ya que la entrada de palestinos a territorio israelí está suspendida. Las cosechas se están echando a perder, quedando a merced de voluntarios que están yendo de todas partes a dar una mano en forma desinteresada para salvar la cosecha. Porque, por si no lo sabían, tanto de Gaza como de Cisjordania, hay palestinos que solían entrar diariamente a trabajar en Israel. Así como lo escuchan. Algo que, después de lo que pasó, uno diría «ni en pedo habría que permitir que eso pase de nuevo». Porque esa es la gente que juntó información, dibujó mapas, averiguó dónde se guardaban las armas de defensa de cada kibutz, etc… y se la entregaron a Hamás para que su ataque fuese más letal y efectivo.

La cuarta cosa es que volvieron a caer soldados israelíes en Gaza (ayer fueron 10 más) y con ellos, familias se destrozan con pérdidas que los marcarán para siempre. Pibes de 20 años que dieron la vida voluntariamente para defendernos. Y antes de que alguien diga que el servicio militar es obligatorio, sepan que ningún soldado que no quiere ir al frente se lo obliga. Esos pibes deciden ir al frente. Cosas que uno ve en las películas, acá está pasando de verdad. Historias de héroes y de caídos. Terrible todo.

Y la quinta cosa, que era de la que venía a hablar pero quedará para mañana, es la situación militar en el norte del país con Hezbollah. Pero me fui por las ramas mostrando que mientras para la gran mayoría la vida se estabilizó, las obras de teatro, recitales, actividades en general se están restableciendo, la gente ya empieza a salir a comer, se vuelven a juntar para los cumpleaños y demás. Pero para varios cientos de miles de personas, este infierno no se arregló ni un poco y viven en un limbo de incerteza horrible. La guerra sigue y nadie puede saber con seguridad cómo se va a ver el futuro de este país, ni tampoco de los judíos de todo el mundo.